Suspensión de cuatro años para un jugador juvenil por agredir a un rival

En la misma resolución, el Comité de Competiicón también sanciona con un año de suspensión a otros dos jugadores

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Un jugador juvenil bajo la disciplina del club San Nicolás ha sido sancionado con cuatro años de suspensión para la práctica del fútbol al considerarsele autor de un delito de agresión a un contrario a la fianlización del encuentro disputado entre su equipo y el conjunto del UD Piletas "B".

En la misma resolución, el Comité de Competición y Disciplina Deportiva de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas ha decidido sancionar con un año de suspensión a otros dos jugadores, uno por cada bando, como autores de una infracción grave del artículo 60 b del Reglamento de Régimen Disciplinario.

Además, el órgano de disciplina deportiva de la Interinsular entiende que el UD Piletas B, de Segunda Categoría juvenil (grupo 1), es autor responsable de una infracción muy grave de incidentes de público, circunstancia por la cual se le pena a jugar a puerta cerrada por un periodo de dos meses, se le descuentan tres puntos de la clasificación y se le multa con 600 euros.

Según la resolución del Comité de Competición, a la finalización del encuentro entre Piletas B y UD San Nicolás se produjo una pelea tumultuaria en el que participaron jugadores de ambos equipos y al que posteriormente se unieron varios aficionados del equipo local.

A tenor del anexo arbitral, el jugador sancionado con cuatro años de suspensión propinó una patada a un futbolista del Piletas, acción que obligó a su urgente traslado a un centro sanitario para ser tratado de una fractura del tercio medio de la tibia de la tibia de la pierna derecha. Esta lesión obligó a su intervención quirúrgica.

El otro jugador del Piletas que fue sancionado con un año de suspensión propinó una patada en la cabeza a un jugador del San Nicolás al que el árbitro no pudo identificar.

El jugador del San Nicolás al que se le ha impuesto un año de suspensión propinó un puñetazo a un futbolista rival, razón por la que cayó al suelo, momento que el agresor aprovechó para propinarle más de media decena de puñetazos en la cabeza.

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